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  • Seguridad y calidad en el material escolar

    ¡Mami, este lápiz sabe raro!

    En los últimos años, las autoridades han retirado del mercado de la Unión Europea y de los Estados Unidos diversos productos destinados al consumo infantil por ser poco seguros. Entre ellos, se encontraban cúters con una punta excesivamente afilada y sin mecanismo de bloqueo, lápices de colores con una cantidad de plomo que superaba los máximos establecidos, gomas de borrar con olores atractivos de fresa o chocolate, etc.

    Afortunadamente, estos casos constituyen más bien excepciones a la regla, ya que este tipo de productos, al igual que los juguetes, suelen ser mayoritariamente fiables y fabricados con garantías. Sin embargo, ponen de manifiesto la importancia de garantizar la seguridad de unos materiales que se dirigen a los consumidores más jóvenes.

    En España, un informe del Instituto Nacional de Consumo (INC) del año 2012, analizaba un total de 441 productos destinados a uso escolar, en concreto: juguetes para modelar, juguetes que dejan traza (barras óleo pastel, témperas, acuarelas, rotuladores), lapiceros de colores y de grafito, material escolar vario (sacapuntas, compases, gomas de borrar) y pinturas para dedos. El informe reveló que el 61,5% de productos presentaba algún tipo de defecto, la mayoría de los cuales, un 95% de los casos, tenía que ver con el etiquetado. Este mismo estudio también analizó 45 tipos de mochilas, entre las cuales sólo un 37,7% cumplía totalmente la normativa vigente.

    Ante estos resultados, ¿hay motivos para alarmarse? Según los expertos, no. En el primer caso, los productos poco seguros retirados del mercado no cumplían los estándares normativos necesarios, por lo que la información incluida en el envoltorio o el etiquetado era ya de entrada muy deficiente. En segundo lugar, los productos analizados por el INC tenían problemas relacionados en su mayor parte con una información incompleta en el etiquetado, pero los productos en sí no presentaban defectos que pudieran afectar a la seguridad del usuario (sólo un 2% incumplía alguna norma relativa a su fabricación).

    El etiquetado y la información en el envase de un producto es la clave para saber si cumple con los estándares y la normativa vigente. En el material escolar la etiqueta debe indicar claramente el nombre y la marca, además del nombre y la razón social del fabricante o importador, la composición del producto y, en determinados casos, las instrucciones de uso. Además, ciertos productos destinados a los más pequeños deben cumplir unas normas de etiquetado más estrictas: así, los artículos que dejan traza (témperas, plastilina, barras óleo-pastel, acuarelas, rotuladores, lapiceros de colores y pinturas para dedos) han de incluir en la etiqueta la marca CE, que indica que cumple toda la normativa europea referente a los juguetes. Además, los productos de pequeño tamaño deben de indicar que son peligrosos para los niños menores de 36 meses.

    La mejor garantía es que el consumidor lea atentamente las etiquetas y compruebe que el material que va a adquirir cumple las normas exigibles, y que los que no los cumplan no puedan estar en las estanterías de los comercios, evitando así los posibles riesgos que su uso pueda entrañar para los escolares.

    Entre la normativa europea más relevante que afecta al material escolar Europa destacan el estándar EN71 (requisitos de seguridad para los juguetes vendidos en la Unión Europea) i el reglamento REACH (Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemicals), una ley muy estricta y detallada del año 2007 que regula la producción y uso de substancias químicas en cualquier producto manufacturado o importado a la Unión Europea. AENOR (Asocia-ción Española de Normalización y Certificación) es el organismo legalmente responsable del de-sarrollo y difusión de las normas técnicas en España.

    A continuación destacamos algunas recomendaciones básicas para la adquisición de material escolar con garantías:

    - Adquirir productos de marcas reconocidas. Por suerte, en nuestro país podemos elegir entre numerosos fabricantes que ofrecen las máximas garantías en cuanto a seguridad y etiquetado.
    - Comprar en establecimientos de confianza, donde en caso de dudas o problemas sea posible contactar con el distribuidor o fabricante.
    - Examinar atentamente la etiqueta del producto y comprobar que aparecen los datos básicos (nombre, marca y razón social), además de la marca CE.
    - Comprobar que el producto esté limpio y en buenas condiciones. Evitar los envoltorios rotos y sucios.
    - Evitar las compras por impulso, donde en ocasiones el criterio que se acaba imponiendo es lo más barato, lo que les gusta más a los niños o “acabar cuanto antes”.
    - Obtener el máximo de información sobre la composición y los procesos de fabricación de un producto. En caso de duda, siempre se puede hacer una consulta al vendedor o contactar directamente con el fabricante o importador. Las organizaciones de consumidores, asociaciones de madres y padres (AMPAS) y las instituciones como AENOR también suelen ser una buena fuente de información.seguridad

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