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  • La escritura manuscrita

    Entre tanto teclado, pantallas y dispositivos táctiles se abre paso el gusto por el bolígrafo, lápiz y pluma estilográfica

    La implantación de las nuevas tecnologías –ya no tan nuevas– iba a acabar con los utensilios de escritura. Eso era al menos lo que decían muchos. No ha sido así. Es cierto que los procesadores de textos y los programas informáticos de dibujo tienen muchas ventajas, pero no podemos obviar que la escritura manuscrita es intrínseca al ser humano y que priman en ella factores que no se limitan a lo meramente tecnológico. No siempre lo más avanzado es lo mejor.

    El hecho de que ahora dispongamos de herramientas más sofisticadas para escribir o dibujar no ha hundido ni mucho menos a útiles de escritura como el lápiz, el portaminas, el bolígrafo, el rotulador o la pluma estilográfica. Muy al contrario, estos están teniendo un renacer como productos no de obligada necesidad (como ocurría antes), sino de voluntariosa adquisición. Gustan a los estudiantes, los coleccionistas, los oficinistas, los profesores y a cualquier persona que escriba a mano. Un rápido vistazo al escritorio de cualquier hogar confirmará que su popularidad sigue intacta.

    Razones por las que se debería seguir escribiendo a mano

    Los avances técnicos dibujan un perfil nuevo del ciudadano del siglo XXI, pero en esencia seguimos siendo los mismos de siempre, amantes de las pequeñas cosas. Los niños no han dejado de ilusionarse con sus lápices de colores y cuadernos a principios de curso, ni los coleccionistas han dejado de anhelar esa pluma estilográfica con un plumín de 18 kilates ni de disfrutar con la liturgia de llenar el depósito con ese nuevo tintero que ha salido al mercado. Tampoco desfallece el interés del dibujante que se echa al campo para inmortalizar, lápiz en mano, la caída de la tarde en su bloc de dibujo.

    Por no hablar de esa compenetración física y emocional que se da entre el artículo de escritura y la mano que lo gobierna. Es sabido que algunos artículos de escritura, como la pluma estilográfica, acaban haciéndose a la mano que los usa, se amoldan a ella.

    El gusto por lo artesano y por las tareas sencillas es connatural al hombre, así que por lógica escribir o dibujar a mano siempre van a estar de moda.

    Ventajas de la escritura manuscrita

    ¿Se ha preguntado en alguna ocasión por qué es bueno escribir a mano, como hacíamos antiguamente? Aquí resumimos algunos de esos motivos.

    Estudiar en formatos impresos (en vez de electrónicos) mejora la habilidad de la memoria. Ha sido demostrado en numerosos estudios científicos.

    Mejora la concentración. La escritura manuscrita requiere toda nuestra concentración y carece de los señuelos asociados a los aparatos electrónicos que tanto nos despistan, sobre todo si están conectados a Internet. El rendimiento intelectual es siempre mayor cuando escribimos a mano.

    Escribir manualmente potencia nuestro nivel de aprendizaje y agudiza la motricidad fina, algo muy importante en las edades tempranas.

    Escribir de puño y letra relaja. Deleitarnos con contornear cada letra o con perfilar un dibujo nos abstrae del mundo circundante y vertiginoso en el que vivimos. Para algunas personas escribir a mano en un cuaderno elegante supone un refugio espiritual.

    Y, por último, el trazo de la escritura manuscrita revela mucho de nuestra personalidad. La caligrafía es amiga íntima de los artículos de escritura. No deberíamos nunca perder la oportunidad de plasmar, negro sobre blanco, ciertos rasgos de nuestra identidad. No es lo mismo enviar una tarjeta navideña redactada a mano que un tibio wasap en cadena…

    Archivo: Escritura

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