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  • Una buena excusa para renovarnos

    La dirección hacia la digitalización es el nuevo horizonte

    La situación excepcional socio-sanitaria generada por el coronavirus ha llevado a nuestro país a una situación casi inédita, como no se recordaba desde la mal llamada “gripe española” de 1918. No estamos hablando de cualquier cosa: el duro confinamiento decretado por el Gobierno, que supuso la paralización casi total de la economía del país, ha quebrado el desarrollo normal de casi todas las profesiones durante un periodo que se nos ha antojado interminable.

    Nuestro sector también se ha visto afectado y las consecuencias de esta parálisis ya las estamos sufriendo. Y, tristemente, no sabemos siquiera si estamos al final o al principio de la pandemia, pues ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo.

    Afortunadamente, parece que las cosas vuelven a su cauce y que nos vamos adentrando, sin prisa pero sin pausas, en lo que ha venido a llamarse “la nueva normalidad”.

    Llegados a este nivel de incertidumbre, hay que elegir si debemos enfocar nuestra circunstancia como un vaso medio lleno o medio vacío. ¿Debemos regodearnos en la mala suerte que nos ha acompañado estos meses? ¿Debemos recordar una y otra vez el drama de querer trabajar y no poder hacerlo para no poner en riesgo nuestra vida y la de nuestras familias?

    La respuesta es no. Si algo caracteriza a nuestro sector y a las personas que lo conforman, es nuestra capacidad de renovarnos, de crecer ante la adversidad. Ya lo dijo Séneca: “No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”.

    Pues bien, una vez puestas a prueba por la adversidad, son muchas las empresas que han hecho de la necesidad una virtud y han aprovechado la paralización del comercio físico para mejorar sus prestaciones en el comercio digital.

    El eslogan “renovarse o morir”, como decimos, se ha implantado entre las empresas del sector, que ya están haciendo todo lo posible por adaptarse a unos tiempos donde las reglas del juego han cambiado –y quién sabe hasta cuándo.

    Y no solo las empresas: numerosos trabajadores han aprovechado que no podían realizar sus actividades habituales para formarse en cursos online enfocados al mundo laboral.

    Todos hemos cambiado en cierta manera durante la pandemia, incluidos nuestros hábitos de compras. El panorama comercial, como no podría ser de otra manera, también ha evolucionado. Diversos estudios señalan que, en plena pandemia, la facturación del comercio electrónico en España se ha ido consolidando, aumentando un 55% durante la primera semana, tras el decreto del estado de alarma. Y no solo se debe a la crisis sanitaria, pues en el primer trimestre de 2019 ya había aumentado un 23,5% interanual.

    Todo indica que, a estas alturas, abrirnos cada vez más al comercio electrónico no es solo una posibilidad, sino también una necesidad. Los tiempos están cambiando, y nuestro sector lo está haciendo en la buena dirección.

    Es el momento de pensar en positivo y enfocar esta crisis como una buena excusa para renovarnos.

    Archivo: del Sector

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