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  • El juguete, un artículo imprescindible en la paz y en la guerra

    Durante el confinamiento se han multiplicado las ventas de juguetes, poniendo de manifiesto la importancia que tiene el juego como herramienta clave tanto para la diversión como para el desarrollo de los pequeños.

    El estado de alarma decretado el 14 de marzo, con su correspondiente y arduo confinamiento, ha cambiado las normas del juego. Es obvio que, mermados de esa libertad a la que antes le negábamos la debida importancia, no somos la misma sociedad que hace apenas cuatro meses. Todo ha cambiado para los adultos –y de qué forma–, pero también para los niños, a quienes, por exigencia del guión, se les ha negado la posibilidad de ir al colegio, celebrar sus cumpleaños, jugar con los amiguitos en el parque, ir al cine o visitar la casa de los abuelos.

    Esta situación extrema ha servido, por otro lado, para poner en relieve la importancia de los juegos y los juguetes, los cuales se han encargado de normalizar y amenizar, dentro de lo posible, la obligatoriedad de permanecer en casa en un intento de frenar el contagio masivo de la COVID-19.

    Es sabido que incluso antes de que se decretara el estado de alarma, el sector del juguete no vivía precisamente su mejor momento. Ciertos datos preocupantes indican que el sector está acusando una caída en las ventas en los últimos años, en cierta manera como consecuencia de que el juguete tradicional esté siendo desplazado, a partir de una edad cada vez menor, por los dispositivos electrónicos.

    Sin embargo, como decíamos arriba, esta crisis socio-sanitaria ha hecho evidente la valía del juguete no solo como entretenimiento, sino también a nivel educativo y formativo. Ha sido y es, sin duda, el gran aliado de la familia en estas horas tan duras, y al tiempo que ha activado las ganas y la pasión por jugar y aprender de los niños ha involucrado a los padres más que nunca en estas lides. Esa capacidad de socializar, de congregar, de divertir a muchos al mismo tiempo, es propia del juguete clásico. Y ahora durante el confinamiento, más que nunca, hemos podido comprobarlo.

    Durante estas semanas los propios profesores, en su interacción telemática con los padres y alumnos, han propuesto numerosas tareas con juegos y juguetes para que estos últimos no se quedan atrás en su etapa formativa, donde es necesario fomentar el conocimiento y la imaginación. También fabricantes de juguetes han compartido guías para cuidar y entretener a los niños durante la cuarentena, hemos visto vídeos de personajes famosos jugando con sus hijos…

    En estos tiempos –algunos piensan que es lo más parecido que hemos vivido a una guerra–, el juguete ha cobrado un papel estelar. Ahí están, por ejemplo, los juegos de mesa, un arma de lo más socorrida a la hora de cohesionar y entretener a la familia, concitando a sus miembros alrededor de una mesa para jugar a algo sencillo y divertido, tal como se viene haciendo desde hace siglos.

    Cuando hay crisis sanitaria y cuando no la hay, cuando nos movemos sin trabas por el ancho mundo o cuando estamos confinados, en la paz o en la guerra, ahí estará siempre el sector del juguete y del juego, desempeñando su habitual rol lúdico-formativo y aportando su granito de arena a la felicidad de toda la familia.

    Archivo: del Sector

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