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  • Cerámica Collet conmemora su 150 aniversario, un hito histórico

    En este reportaje repasaremos la apasionante historia de una empresa que se ha ganado con creces su buena imagen, reputación y prestigio

    La empresa Cerámica Collet, S.A. conmemora su 150 aniversario desde el inicio de su actividad en 1874, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Esta historia, la de Can Batllori-Cerámica Collet, ha perdurado hasta la actualidad tras un siglo y medio fabricando barro para cerámica.

    La familia Batllori-Collet proviene de una larga saga de alfareros de Sants. En 1874, Mariano Batllori Juvert construyó una casa, un horno y un obrador de alfarería en L’Hospitalet de Llobregat, para que su hijo, Josep Batllori Munné, continuara con la tradición familiar. Sin embargo, la muerte prematura de Josep en 1895 dejó la alfarería en manos de sus dos hijas, aún menores de edad. La empresa fue gestionada por un consejo familiar hasta 1921, cuando la hija mayor, Francisca Batllori Saumell, asume las riendas de la empresa.

    Durante la primera mitad del siglo XX, la actividad artesanal se fortaleció con la llegada de Calixto Collet Collet, marido de Francisca. Con una sólida formación artística, Calixto impulsó la empresa con una apreciada producción de cerámicas utilitarias y ornamentales para construcción y arquitectura: “especialidad en tubos de todas dimensiones, vidriados en varios colores elaborados con máquina, baldosas vidriadas, arrimaderos de todas formas, chimeneas, remates y jarrones sistema faense, y modelos para construcción de fachadas de todas clases”. Las cerámicas de “Can Batllori” se convirtieron en referentes en el sector.

    Imagen de Can Batllori. Fotografía años 20.

    Durante la Segunda República española, la empresa fue colectivizada. Los empresarios fueron expulsados bajo amenazas y los obreros se hicieron cargo de la actividad. Posteriormente, durante la Guerra Civil española, las instalaciones fueron incautadas por la Generalitat para fabricar munición de guerra. Tras sufrir varios percances, incluido un incendio en 1938, y un bombardeo en 1939, la fábrica fue reconstruida por Calixto Collet, quien logró reanudar la producción. Tras una década de grandes dificultades, Can Batllori pudo recuperar su posición competitiva en el contexto de las fábricas de cerámica de la comarca.

    En los años 50, Rodolfo Collet Batllori, hijo de Calixto, asumió el liderazgo de la empresa y orientó la producción hacia productos complementarios para la construcción, invirtiendo en los procesos productivos y logísticos para satisfacer las necesidades del “desarrollismo” español del momento, lo que llevó al cambio de nombre de la empresa a “Cerámica Collet”. En 1965, la fabricación de barro se trasladó a una nueva planta en Esparreguera.

    Proceso de fabricación del barro. Fotografía años 20.

    En los años 70, coincidiendo con la crisis de los materiales cerámicos para la construcción, la empresa da un vuelco sustancial hacia la fabricación de pastas cerámicas, convirtiéndose en un proveedor de materia prima para artesanos y pequeñas industrias, lo que les permitió abandonar la elaboración artesana de “barro” y concentrarse exclusivamente en su actividad de cerámica acabada.

    El liderazgo fue asumido por los hermanos Rodolfo y Calixto Collet Ferrer, hijos de Rodolfo Collet Batllori, quienes impulsan la fábrica de Esparreguera y desarrollan el mercado de pasta roja de la Península Ibérica.

    Pero el éxito del barro preparado no se quedó sólo en materia prima para cerámica. La visión de los hermanos Collet los llevó a invertir en una envasadora para formatos de 2 kg de arcilla destinados a las manualidades y educación. En 1979, nace la marca SIO-2 y el primer catálogo de productos, que se editó en 4 idiomas: castellano, francés, inglés y alemán. Ese mismo año, se crea la sociedad anónima Cerámica Collet, S.A.

    La marca SIO-2 se hace también extensiva a las pastas cerámicas y se populariza rápidamente en el sector industrial y alfarero del país. El éxito del producto y la aparición de nuevas necesidades lleva a los hermanos Collet a desarrollar nuevas fórmulas y tipologías de producto, incluyendo las pastas refractarias para ceramistas y escultores. En 1981, se produce la última hornada de piezas cerámicas en la fábrica de L’Hospitalet, dándose por concluida la actividad productiva, y sus instalaciones quedan como almacén y sede social de la compañía.

    En 1984, se iniciaron las primeras ventas en exportación y se presenta al mercado la arcilla endurecible SIO-2 PLUS, que comenzó a promocionarse en ferias europeas. La gran demanda de pastas cerámicas y arcillas para modelar impulsó a Cerámica Collet a realizar fuertes inversiones en la fábrica de Esparreguera, y la marca SIO-2 comenzó a ser también conocida en Europa.

    En la década de los 90, la empresa  experimentó un crecimiento significativo con la entrada de nuevos inversores y la expansión de las ventas en exportación. En 1992, bajo la dirección de Jaume Casas y el apoyo de Rodolfo y Calixto Collet, se afronta la misión de crecimiento de la empresa mediante las ventas en exportación, iniciándose una nueva etapa de inversión en instalaciones y equipo humano. La empresa llega al fin del milenio con crecimiento y con la obtención de la certificación ISO 9001 por su sistema de calidad.

    Sin embargo, las tendencias del mercado impactan en los resultados de la compañía y, en 2002, los accionistas deciden otorgar la gestión de la empresa al equipo directivo, encabezado por Rafael Boixadera, para adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias del mercado. En 2003, la sede social se trasladó a Esparreguera y se intensificaron las estrategias de marketing y optimización de recursos.

    “Hoy más que nunca, quiero expresar en nombre de Cerámica Collet nuestro más sincero agradecimiento a todos nuestros clientes, los que, día a día, han hecho posible que hagamos historia. A ellos se debe nuestro éxito, y a ellos dirijo nuestra más sincera felicitación. Gracias por ser cómplices de esta apasionante aventura”, Rafael Boixadera, director general

    En 2005, se decide invertir en la distribución de suministros para cerámica y se adquiere una tienda en La Bisbal d’Empordà, que se traslada el año siguiente a Vulpellac, bajo la marca Àngela Colls. En 2009 y 2010, se abren nuevas tiendas físicas en Esparreguera y Barcelona, y una tienda online. El objetivo es dinamizar y popularizar la cerámica artística, aprovechando la corriente creativa del momento.

    A partir de 2015, la empresa experimenta un fuerte crecimiento gracias a la materialización de los esfuerzos y estrategias iniciadas años atrás, y, en 2016, se crea la filial Collet Clays Corp., destinada a la importación y distribución de las pastas cerámicas SIO-2 en los Estados Unidos. La empresa cuenta con un nivel de exportación del 70% y sus productos ya se venden en más de 50 países de los 5 continentes.

    Cerámica Collet, S.A. celebra este año 2024 su 150 aniversario consolidándose como un líder sólido en la fabricación de pastas cerámicas y arcillas para modelar, con un proceso de crecimiento constante y una visión de futuro cargada de proyectos para hacerse aún más grandes.

    Hemos regresado al pasado para mirar el futuro desde la perspectiva de una empresa resiliente y con sólidos valores, que ha sabido adaptarse y reinventarse a lo largo de los años. Deseamos de todo corazón a todos sus integrantes que continúen sus éxitos durante muchos años más. ¡Felicidades!

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